La resonancia es uno de los fenómenos físicos más extraordinarios y divertidos: una fuerza externa periódica con la frecuencia adecuada, un sistema que no quiere moverse de donde se encuentra; quizá algo de disipación (energética, se entiende), y poco más. Es capaz de hacer estallar copas, hundir puentes y si los marineros lo usan adecuadamente, pueden conseguir que arriba sea abajo y volcar un barco.
Este fenómeno está directamente relacionado con la aeroelasticidad, refiriéndonos al puente de Tacoma Narrows. Durante décadas, los profesres de Física lo han utilizado como ejemplo de libro cuando explican el tema de la resonancia, y los libros de texto suelen añadirlo con profusión de fotografías. El libro de Física de Giancoli acota que el colapso del puente fue causado por un fenómeno resonante ocurrido “como resultado de fuertes ráfagas de viento impulsados al claro en un movimiento oscilatorio de gran tamaño.” El de Serwett-Jewett lo explica en palabras parecidas: “fue destruido por las vibraciones de resonancia … los vórtices generados por el viento que soplaba a través del puente se produjeron a una frecuencia que coincidió con la frecuencia natural de oscilación del puente.”
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